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tierra alta el poema de humberto fierro carril plissss me lo tengo que aprender para mañana ayuda​

Sagot :

Respuesta: Este es el poema

Tierra alta

Tarde.

El paisaje de selvas y peñones

cruza un vuelo de cóndores nevados,

que hacia los horizontes incendiados

se funde en tenebrosos nubarrones.

Y el cerro colosal que en los pedrones

afianza sus témpanos rajados,

vierte un río de gritos desolados

en el vórtice de hondas atracciones.

De repente, un picacho desprendido

baja a los arenales, rumoroso

como un tropel inmenso de corceles.

Muere el día. Un venado sorprendido

abandona el barranco pedregoso ...

y el agudo ladrar de los lebreles.

Crepúsculo.

Han callado los mirlos. La infinita

melancolía de la tarde quieta

se entra en el alma, como en la ancha grieta

el agua que la peña precipita.

Hace frío, y en torno a la casita

casi nublada de la loma escueta,

cada alondra parece una saeta,

y el rosado del cielo se marchita.

El viento arrecia. Los caballos hinchan

sus narices y soplan y relinchan

hacia el bajío de la tierra maga...

... Y la luz tiene algo de piadosa:

parece una mirada cariñosa,

una mirada que al morirse embriaga. . .

Consejo: memoriza el poema por estrofas, no intente memorizar leyendo todo el poema.

Respuesta:

El paisaje de selvas y peñones

cruza un vuelo de cóndores nevados,

que hacia los horizontes incendiados

se funde en tenebrosos nubarrones.

 

Y el cerro colosal que en los pedrones

afianza sus témpanos rajados,

vierte un río de gritos desolados

en el vórtice de hondas atracciones.

 

De repente, un picacho desprendido

baja a los arenales, rumoroso

como un tropel inmenso de corceles.

 

Muere el día. Un venado sorprendido

abandona el barranco pedregoso ...

y el agudo ladrar de los lebreles.

Explicación:

Crepúsculo.

 

Han callado los mirlos. La infinita

melancolía de la tarde quieta

se entra en el alma, como en la ancha grieta

el agua que la peña precipita.

 

Hace frío, y en torno a la casita

casi nublada de la loma escueta,

cada alondra parece una saeta,

y el rosado del cielo se marchita.

 

El viento arrecia. Los caballos hinchan

sus narices y soplan y relinchan

hacia el bajío de la tierra maga...

 

... Y la luz tiene algo de piadosa:

parece una mirada cariñosa,

una mirada que al morirse embriaga. . .